Día 8.- Tokio (Yokohama)

Buenas noches!

Como de costumbre estamos molios de tanto pateo, hoy no hemos madrugado, nos levantamos sobre las 9 y hemos salido sobre las 10, después de la duchita y el desayuno.

En primer lugar fuimos a Akihabara a comprar la cámara de fotos que habíamos visto ayer, mirando al cambio con España nos ahorramos unos 120 eurillos, una cámara que para fotográfos "tronquillos" como nosotros no está mal.

Paparazzi profesional

Camara chachi piruli

Aprovechando que estábamos aquí fuimos a hacernos otras fotillas de puri-kura y éstas nos salieron un poco mejor que las anteriores pero como los menús están solo en japonés no supimos elegir el tamaño que queríamos.

Después de comprar la cámara hemos cogido un tren hasta Yokohama, donde nada más salir del tren había una máquina de bebidas toda moderna con las bebidas en una pantalla táctil.

Luego un metro y rumbo a Chinatown, es un barrio enorme y solo vimos un poco, pero lo poco que vimos no nos gustó mucho, puede ser porque salimos un poco calientes del restaurante al que fuimos ya que los platos eran pequeñitos (la sopa si era grande pero estaba salailla) para lo que valían y tampoco estaba muy bueno.

Tallarines fríos con verduras (normalito tirando a malo)

Ternera con pimientos (rico rico)

Sopa de wanton (rica pero mas salá que una bolsa pipas churruca)

Rollitos chungos que te caga (Laura dice que olían a cloaca)

A parte de esta comida, nos pusieron también arroz blanco y frito (que no estaba mal), una cosa que no tenía ni nombre (lo probé y era como chuparle el culo a una araña, lo peorcito) y un postre que era medio gajo de naranja, una minucia de piña y fleje de tofu (que podría llamarse tufo de la peste a colonia que tenía). Antes pusimos que no estaba mu bueno, pero ahora recordándolo era una puta mierda, esperemos que no nos de cascarria porque si es así vamos a gastá tol agua del hotel con los chorritos del baño.

Salimos de Chinatown y fuimos al puerto de Yokohama donde hay un parque de atracciones con una de las norias más grandes del mundo y unas vistas espectaculares del puerto.

A la salida del metro

Después de mucho pensarlo, Laura se atrevió a subirse en la noria. Las vistas son increibles pero una vez arriba Laura se arrepintió de haber subido ya que al ser las cabinas chiquitas (en comparación con las de la noria de Londres) y tener agujeros para que entre aire, cuando estábamos en la punta de arriba se oía fleje ruido del viento y Laura toa cagá agarrá al hierro de la puerta de la noria diciendo "no te muevas, no te muevas" y con las manos empapás de sudor.

Laura privá nada más subirse

Yo privao saludando a lo friki

Fotillas de lujo

Laura cagá cuando yo hacía algún movimiento
(atentos al brazo porque no lo soltó en los 15 minutos que dura la vuelta)

Casi llorando (el brazo sigue)

No quería mirar

Al bajarnos de la noria y para que Laura recuperase el colorcillo fuimos a dar una vuelta por el parque y sacar unas fotillas más que estabamos alucinados con tantas luces.

Doraemon sacándose una foto con un monigote del parque
(ah no, es Laura)

Laura recuperá del susto con Hello Kitty 

Yo con Pika y el espontáneo de verde

A la estación de tren y de vuelta al hotel, descansamos un poquito y a lavar la ropita sucia a una lavandería al estilo americano, y un refrigerio pa aguantá la espera.

Cervecita japonesa

Lavandería cutre

Cartel lavandería

Y esto fue todo por hoy, mañana más.

Un beso a todos.